El acné en adultos es más común de lo que se piensa. Si eres una de esas personas de piel con tendencia acnéica, apunta estos consejos para poder mantenerla sana y controlada
Aunque aún mucha gente sigue asociando el acné con la adolescencia, es uno de los motivos más frecuentes de consultas dermatológicas entre los 30 y los 50 años. El acné adulto tiene mucho que ver con las alteraciones hormonales, así como con otros factores relacionados con el estilo de vida: el estrés, la polución, el uso de cosméticos inadecuados…
Si tienes la piel con tendencia acnéica, no dudes en tomar nota de estos consejos que te ayudarán a mantener tu piel sana. Está claro que siempre tendrás brotes puntuales, pero no serán tan frecuentes, ni tampoco tan fuertes.
Una buena rutina de limpieza y de cuidados de la piel, será algo fundamental para que poder tener una piel equilibrada, y evitar que esos molestos granos y espinillas nos fastidien el día.
El acné adulto en 5 tips
- Limpieza: Fundamental para mantener la piel sana, tanto si es problemática como si no, pero especialmente en las pieles con impurezas y brotes de acné. Es muy importante utilizar productos adecuados para este problema.
- No manipular las imperfecciones: Granitos, puntos negros… ¡manos quietas! No hay que tocarlos en ningún caso, ya que muchas veces haberlos manipulado hace que una vez curadas las lesiones queden cicatrices.
- Ojo con la comida: Las comidas muy grasas, así como los alimentos procesados y los que contienen muchos azúcares son enemigas de una piel sana. También hay que tener cuidado con el marisco, porque puede empeorar los brotes debido a su alto contenido en yodo.
- Cuidado con el sol: Aunque a priori puede parecer que mejora el acné, la exposición solar en pieles acnéicas tiende a ejercer un efecto rebote con brotes más virulentos a la vuelta del verano. Protégete con un solar específico para pieles grasas o con acné para evitar marcas y manchas.
- Consulta al dermatólogo: Es quien realmente puede orientarte sobre tu tipo de acné, cómo lidiar con él y cómo tratarlo. Los tratamientos orales suelen ser muy eficaces, pero tiene que prescribirlos un médico.